¡Hola de nuevo!
En el anterior post os hablé del test de las golosinas, y os introduje un poco ese concepto de la recompensa inmediata, y cómo a veces, puede estar reflejando realmente cómo somos ante otros aspectos de la vida, no únicamente esa elección.
Hoy quería ahondar un poco más en este tema y relacionarlo con la alimentación, así como con el problema de la obesidad (cada día más creciente), y al fracaso a la hora de llevar a cabo un cambio de hábitos. Obviamente, esa recompensa inmediata no va a ser el único desencadenante. Es un factor más de todos los que afectan a esta patología crónica como es la obesidad.
Pero, antes de todo, pongámonos un poco en contexto.
La recompensa o gratificación inmediata.
A día de hoy, tenemos todo a golpe de un ‘click’. Esto nos ha llevado a no saber realmente lo que es esforzarnos para lograr algo. Nos hemos vuelto IMPACIENTES. En cuanto no sale como esperamos, o al menos no tan rápido como queremos, nos desilusionamos, pensamos que no es efectivo, o no es el camino adecuado, y abandonamos.
Esto se ve potenciado por esa imagen que nos venden de resultados milagrosos, sin esfuerzo. Sobre todo en el ámbito de la alimentación y del fitness. Haciendo a la gente pensar, que acabar con la obesidad es fácil, e incitándoles a escoger el camino “fácil y rápido”, que no siempre es el mejor.
Realmente, al final resulta ser el más largo, y con menos resultado a largo plazo.
Debemos entender que cambiar de hábitos conlleva un esfuerzo.
Como digo siempre, no somos músculo, cerebro, estómago, sentimientos, pensamiento, de manera aislada. Somos personas, somos un todo integral, nos relacionamos y nuestro entorno nos afecta. Por ello habrá veces que tengamos obstáculos en el camino, o estemos más desanimados. Habrá semanas más saludables, otras menos, y no pasa nada. La idea es ir siempre haciendo pequeñas mejoras, aprendiendo y retomando ese camino que iniciamos.
http://www.shiftn.com/obesity/Full-Map.html
(Mapa de los factores que influyen en el desarrollo de la obesidad. Como podéis ver, no es cuestión de fuerza de voluntad->la obesidad es una patología crónica, en la cual influyen numerosos factores, y que por lo tanto es necesario hacer un abordaje multidisciplinar (psicología, entrenamiento, nutrición…). No vale con “ponerse a dieta” y ya está. La obesidad es mucho más compleja.
Descripción de Walter Suárez sobre la obesidad, y cómo debe entenderse realmente, (gracias Wálter por permitirme usarla).
Es por eso, que cuando una persona llega a consulta, y dice el primer día: “yo es que como no me vea resultados, me canso y lo dejo” (me gusta hacerle reflexionar lo siguiente):
No puedes esperar arreglar en un mes, lo que no has hecho en años. Al igual que no puedes esperar que por ir un día al gimnasio, ya vayas a estar super fuerte y tonificado/a. ( video relacionado)
Queremos las cosas de manera inmediata, ver resultados nada más por ir a ver a un profesional, y no entendemos, que nosotros mismos también somos pieza clave del cambio, y que debemos ser pacientes, constantes, y entender el proceso como un camino no un destino.
Nos hemos olvidado de la importancia de la constancia, y de ser persistentes en esa idea/creencia de que vamos a conseguir el resultado que buscamos.
Si quieres conseguir un objetivo que te has planteado, debes ser constante, y dar pasos que te acerquen al mismo. Si ya has probado las prisas y la inmediatez, y no te ha funcionado (o al menos no a largo plazo), ¿por qué no pruebas algo distinto?.
Como dijo Einstein:
¿Cómo podemos cambiar el chip y enfocar nuestro adelgazamiento/ mejora de hábitos de manera diferente?
ASUMIENDO NUESTRA PARTE DE COMPROMISO, Y ACEPTANDO QUE TODO CAMBIO TIENE PROS Y CONTRAS.
Es así. Queremos adelgazar o ganar peso (da igual el objetivo), pero no asumimos el compromiso de hacer cambios.
No queremos salir de nuestra zona de confort. A esto, hay que sumarle la falta de aceptación.
No aceptamos que si queremos conseguir un objetivo, cualquiera que nos propongamos, esto va a traer consigo un lado “negativo" que nos gusta menos, un esfuerzo.
Deberé por tanto sopesar los pros y contras del cambio, para valorar si realmente estoy preparado/a para llevarlos a cabo.En coaching utilizamos la balanza del cambio, para valorar los pros y contras de realizar esos cambios que implican conseguir dicho objetivo propuesto. Así la persona toma conciencia de la situación, la acepta, y adquiere un compromiso, en caso de valorar que si que está dispuesto al cambio.
Acepta también esa parte "negativa", ese esfuerzo, el hecho de tener que cambiar ciertas costumbres o hábitos que no le acercaban a su objetivo.
ASUMIR QUE HABRÁ SEMANAS QUE NO SALDRÁ COMO ESPERABAS.
Tenemos pánico a cometer errores, a "fallar", a no hacer algo bien, cuando de los errores, los tropiezos, es cuando más se aprende.
Equivócate, cáete, aprende, y levántate. Solo así podrás mejorar (en el trabajo, en los entrenamientos, en la alimentación…)(artículo relacionado).
Nadie nace sabiendo, y es lógico que en cualquier proceso de aprendizaje (ya sea de hábitos saludables, a conducir, a andar...) tengamos tropiezos.
Aprovéchalos para aprender y actuar diferente la siguiente vez que se presenten. Aprovecha que estás acudiendo al Dietista-Nutricionista, para que este te ayude a ver qué soluciones podrían aplicarse.
SIENDO EL PROTAGONISTA DE TU CAMBIO, TOMANDO ACTITUD ACTIVA Y NO PASIVA
El D-N puede ayudarte, puede guiarte, enseñarte, pero al final, TU eres él/la protagonista de tu cambio de hábitos.
Hazte partícipe en el proceso. Consensúa objetivos con el profesional, adopta una actitud activa en lugar de pasiva.
TENIENDO BUENA COMUNICACIÓN Y CONFIANZA CON TU PROFESIONAL
Será importante también escuchar los consejos del profesional. A fin de cuentas quiere ayudarte y es quien se ha formado en el área.
Si no sigues ninguno de sus consejos obviamente será difícil alcanzar aquello que te proponías.
La confianza es importante también, para poder serle sincero/a durante el proceso. Decirle, cómo te sientes, cómo lo vas llevando, las dificultades que se te presentan, tus inquietudes, etc.
El profesional no debe ser una persona a la que temerle. En ocasiones acuden a consulta personas que han tenido experiencias en las que le regañaban.
En mi opinión eso no enseña ni ayuda, al revés, genera miedo y rechazo a acudir a la consulta si algo no ha salido bien, por lo que finalmente no se conseguirían los puntos mencionados anteriormente.
Es por ello que enfoco mi manera de trabajar de una manera diferente a la "clásica", porque busco soluciones reales y no "parches" temporales.
Y para terminar, os pregunto, ¿Qué preferís? ¿Seguir poniendo parches que solo “camuflan” el problema, pero no lo solucionan, sino agrandan?, o ¿trabajarlo en sus diferentes ámbitos, e ir solucionándolo?
¡Espero os haya gustado!
Feliz semana a tod@s