Nadie dijo que cambiar hábitos fuera fácil.
Y si alguien lo dijo, miente.
Puede sonar duro, pero es la realidad. Obviamente, según la persona, llevar a cabo esos cambios será más o menos costoso, pero siempre supondrá por muy pequeño que sea, un esfuerzo.
Es por ello, que hoy quiero mostraros las fases o etapas que experimentamos (así de manera resumida), cuando nos planteamos un cambio de hábitos alimenticios:
1- Fase de incompetencia inconsciente:
Sería aquella fase en la que somos totalmente inconscientes. Es decir, no sabemos que no comemos de forma saludable, o simplemente, no tenemos conciencia de los perjuicios de no llevar una alimentación saludable. En esta fase no estamos muy predispuestos a hacer cambios. Sería como la fase pre-contemplativa del modelo de Prochaska y Diclemente. Nos encontramos con muchas resistencias al cambio, y mecanismos de defensa como la negación. ("Total, de algo hay que morir").
2-Fase de incompetencia consciente:
Es aquella en la que empiezo a tomar conciencia. Me doy cuenta de que tengo que aprender y mejorar mis hábitos alimenticios, aunque no sé muy bien qué es lo que tengo que hacer.
Aquí es en el punto en el que suelen encontrarse la mayor parte de los pacientes que acuden a la consulta. De ahí que acudan a mi o a otro profesional Dietista-Nutricionista, para que le ayude en ese camino.
3-Fase de competencia consciente:
Es esa fase en la cual ya estáis acudiendo a consulta, vais aprendiendo cómo leer el etiquetado, a hacer elecciones saludables en la calle, a gestionar esas salidas, identificar la sensación de saciedad, así como diferenciar entre hambre real o emocional, etc. Lo que ocurre, es que estamos empezando a dar esos primeros pasos, y mientras vamos aprendiendo todo esto, necesitamos poner mucha atención.
Yo suelo compararlo con el aprender a conducir. ¿Recordáis ese primer día de autoescuela? Apenas si llevábamos solo el volante, pero allí estábamos nosotros agobiados, perdidos, nos faltaban brazos, ojos y piernas. Y seguramente a más de un@ se le pasó por la cabeza "en la vida voy a poder aprender a conducir".
Pues igual pasa con el cambio de hábitos. Al principio nos cuesta más, pero poco a poco, con la práctica, conforme vayamos aprendiendo a lo largo del proceso, detectemos obstáculos y vayamos buscando soluciones, iremos mejorando.
4-Fase de competencia inconsciente:
Ya hemos adquirido muchos conocimientos, los hemos ido poniendo en práctica, así como las diferentes herramientas utilizadas en la consulta, y por tanto, comenzamos a hacer esas elecciones saludables de manera inconsciente. Ya no necesitamos poner tanta atención.
Siguiendo con el símil del aprender a conducir, sería como cuando ya has aprobado el carnet y comienzas a conducir con tu "L". Ya no estás como esos primeros días de autoescuela. Ya tienes más soltura. Aún necesitas poner atencción, ya que sigues siendo un conductor novel, pero ya cambias de marcha de manera automática, así como poner el intermitente.
Obviamente, puede surgir algún obstáculo (un semáforo en rojo en mitad de una cuesta, que se nos cale alguna vez...pero seguro que la siguiente vez, se nos cala menos).
Igual pasa con la alimentación. No podemos pensar que tenemos todo dominado al 100%, ya que siempre puede surgir algún obstáculo. Lo importante es saber adaptarnos, analizar la situación y buscar mejoras para la siguiente vez que se presente.
También puede suceder que nuestras circunstancias cambien, y necesitemos volver un poco a la anterior fase, y poner más atención, ya que nuevamente debamos hacer cambios en nuestros hábitos, pero seguro que nos readaptamos la mar de rápido. Es normal que en el proceso de cambio nos movamos un poco entre fase 2-3 o 3-4 y viceversa. Y aparezcan situaciones en las que nos veamos un poco más perdidos. Estamos aprendiendo, no os agobiéis.
5-Fase de dominio:
Esta es la última fase. Aquí, ya tienes incorporados los hábitos saludables a tu vida, y no necesitas poner la atención en las decisiones que tomas ya sea a la hora de elaborar tu menú saludable, la compra, en un viaje... Es algo que te sale de manera natural y automática.
Sería como ese conducir a día de hoy, en el cual eres capaz de ir incluso hablando a la vez con la persona de al lado. Se debe a que tienes totalmente automatizados todos los movimientos necesarios a la hora de conducir.
Por supuesto, siempre puede haber accidentes.
Igual pasaría con la alimentación. Puede haber recaídas. Lo importante si se dan, es tomarlo como un aprendizaje, para no relajarnos en exceso, y prestar atención a las señales que nos indican que nos estamos alejando de esos hábitos saludables que un día adoptamos.
Por supuesto, volver a esos buenos hábitos, y coger energías echando la vista atrás, y reconociéndonos todo el camino recorrido hasta ahora. Que hayamos "tropezado" un poco es algo puntual. No hay que desmoralizarse y olvidarse de todo lo conseguido.
Espero os haya gustado, y sobre todo os haya ayudado a ver que el cambiar hábitos de alimentación (así como cualquier otro hábito), es un proceso. No es algo puntual. Conlleva tiempo, práctica, atención, esfuerzo, constancia y paciencia.
Por eso, mucho ánimo a tod@s los que tratáis día a día de mejorar vuestros hábitos, y a los que os animéis a dar el paso y comenzar, ya sabéis donde encontrarme CONTACTA