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Metodología
El proceso de terapia siempre se diseña y se lleva a cabo en base a las necesidades y características de cada persona, pero solemos seguir esta estructura:
Una primera fase en la que buscaremos comprender el problema y plantearemos hipótesis sobre sus causas, construyendo una narración de tu historia. Desde ahí, empezaremos a crear una relación terapéutica basada en la confianza, algo esencial para que el proceso funcione. Pese a que en los primeros momentos es fundamental entender en profundidad el problema, también lo vamos combinando con el desarrollo de herramientas que te ayuden a ir sintiéndote mejor y que vayan enfocadas a alcanzar tus objetivos de terapia.
Segunda fase: Una vez hemos comprendido tanto aquello que causó como aquello que mantiene el problema, nos centraremos en trabajar tus objetivos terapéuticos, construyendo los recursos necesarios para mejorar tu bienestar personal.
Fase final: Conforme los síntomas vayan bajando y te vayas sintiendo mejor, espaciaremos las sesiones para asegurar que el cambio se mantiene en el tiempo, hasta que finalmente planteemos un cierre o fin de proceso.
Terapia de pareja
Al igual que en la terapia individual, el proceso estará adaptado a las circunstancias y características de cada pareja, siguiendo en este caso, esta estructura base:
Realizaremos una entrevista inicial con todos los miembros de la relación, en la que buscaremos establecer cuáles son las dificultades a mejorar y qué objetivos terapéuticos se van a perseguir durante el proceso.
Tras esa primera sesión, iremos alternando sesiones de pareja con algunas sesiones individuales, con el objetivo de que cada persona pueda ir trabajando en profundidad un cambio personal necesario para la mejora de la relación.
Durante el proceso, se irán desarrollando herramientas y dando las pautas necesarias para un mejor funcionamiento en la vida cotidiana en pareja.
Una vez la sintomatología haya mejorado, espaciaremos las sesiones para comprobar que el cambio se mantiene. Finalmente, cerraremos el proceso cuando hayamos alcanzado los objetivos terapéuticos.
