El verano es una época en la que solemos tener mayor factor social. Llegan las vacaciones, nos relajamos, vamos de viaje, o a la playa, y no hay quien nos saque del chiringuito.
Es frecuente caer en la tentativa de beber más alcohol debido al calor, tomar helados día si y día también, y para más inri, (no siempre) si me muevo, es del agua a la tumbona, y viceversa.
¿Qué ocurre? Que cuando acaba el verano, podemos notarnos más hinchados/as, sensación de pesadez, o en algunos casos, que la ropa no entre tan bien como antes.
Realmente, durante las vacaciones deberíamos mantener nuestros hábitos saludables, aunque demos un poco más de manga ancha (RECORDAD SIEMPRE DAR FLEXIBILIDAD. Es normal salirse más del hábito, al o que me refiero es a no abandonarlo al 100%).. Debemos no dejar de lado el ejercicio (hay muchos deportes acuáticos y refrescantes), ni tampoco la comida saludable. Con esto no quiero decir que no te tomes ni un helado, o no te bebas ni una cerveza. Simplemente, ni Juan ni Juanillo, un equilibrio. Si así se hiciera, a priori, esto no debería afectar a nuestra composición corporal.
¿Cómo es eso posible?
Nuestro cuerpo está preparado para “amortiguar” los excesos de unos días puntuales. De ahí que no debería afectar. Pensad: si porque un día esporádico de todo un mes nos pasásemos, ya viéramos repercusiones grandes en nuestra composición corporal, esto sería una locura de sube baja de un día para otro. El organismo tiene mecanismos que impiden esas oscilaciones tan drásticas y repentinas. Ahora bien, si es un día tras otro, o 4 de 7, ahí ya no hablamos de algo puntual sino de un hábito. Y si mi hábito es poco saludable, ten por seguro que se verá reflejado.
Pero, ¿Qué hago entonces?
Muy sencillo, bastará con retomar los hábitos saludables, tanto de alimentación como de ejercicio. No hace falta que recurras a dietas milagro (ya vimos en la página de Facebook la infografía que mostraba todos los peligros de las mismas). Tampoco necesitas hacer compensaciones, ni choques, ni detoxificaciones del cuerpo. (Si tu hígado y riñón responsables de filtrar tóxicos, no funcionan bien…mejor acude al médico).
Puede sonar a tópico lo de llevar unos hábitos saludables, o que penséis, ¿ya? ¿solo eso?. Aunque parezca chocante, es así.
Mis pacientes mismo han podido experimentarlo en verano o navidad, que son fechas más festivas y de tendencia al exceso. Si simplemente se excedían días más puntuales y no abandonaban del todo los hábitos saludables, o rápidamente los retomaban, veían como su composición corporal (grasa, músculo), se mantenía o en algunos casos incluso mejoraba (perdían grasa y ganaban masa muscular). Y ¡ojo! Tomándose sus mantecados, o helados según la fecha. Pero siempre con consciencia.
Recordad el consejo que os di antes de vacaciones, de llevar un pequeño diario de “excesos o salidas”, que nos ayudara a tener una imagen real de lo que estábamos haciendo.
¿Cuál es el problema entonces, por qué no lo consigo?
La mayor parte de la población sobreestima la calidad de su alimentación. Piensan que comen mejor de lo que realmente lo hacen, creyendo que llevan unos hábitos saludables, cuando no es tan así. Puedes realizar este test de autoevaluación que he creado. No es un test validado científicamente, sino que se basa en los puntos a mejorar que observo siempre en consulta, así como los aspectos en los que los pacientes suelen tener una idea de concepto errónea. Es decir, piensan que es saludable y no lo es, o como decía al principio, de sobreestimación. Piensan que lo hacen mejor de lo que realmente es. Son solo unas preguntas muy breves, podrían sacarse más, pero es para daros una pequeña pincelada de la idea que trato de transmitiros.
Os dejo otros test validados científicamente, por si queréis verlos:
-Estudio en Chile. Lo he seleccionado, ya que las preguntas me parecían en su mayoría bastante acertadas.
VAMOS AHORA SI, CON LOS CONSEJOS:
Cambia el chip, pasa a la acción
Aprovecha ahora la motivación para comenzar tu cambio de hábitos. Comienza un estilo de vida que dure para siempre, no una dieta que acabe algún día.
Dosifícate. A veces somos muy extremos, ya que queremos resultados rápidos, y pasamos de 0 a 100.
Comienza algún deporte o actividad física que te guste, pero con cabeza, no quieras darlo todo el primer día, y luego estar muerto de agujetas y no volver a hacer nada más.
Márcate retos y objetivos.
Hazte un planning de "tareas", organizando así cada paso que te acerque a tu meta.
Pon imágenes o mensajes que te motiven y te hagan recordar por qué empezaste.
Igualmente, si no sabes cómo empezar, o cómo llevar unos hábitos saludables, o lo has intentado y no obtienes los resultados que te gustaría, te aconsejo que acudas a un Dietista-Nutricionista. En el siguiente post veremos cómo detectar un buen Dietista-Nutricionista.
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