¿Cuántas veces habremos dicho la frase 'no tengo tiempo' a lo largo de nuestra vida?
Seguro que muchas.
Y la realidad es que el tiempo es limitado, y la mayoría de las veces nos falta para poder hacer todo lo que queremos.
Por ello, es importante aprender a decir NO.
Pensad que cuando decimos que SI a algo, le estamos diciendo que NO a la posibilidad de realizar otra cosa.
¿Cuántas veces has tenido que decir que NO a algo que querías hacer, porque ya habías dicho que si a otra cosa?
Deberemos por tanto tener clara nuestra escala de prioridades, para así saber en qué quiero emplear mi tiempo.
Tod@s caemos a veces en la espiral de llegar a todo.
Lo importante es detectarlo, y ponerle freno.
No te exijas de más. Está genial querer realizar muchas actividades, pero si nos pasamos, acabaremos estresados y frustrados, con sensación de no llegar a nada por mucho que corramos. Incluso muchas veces podemos sentirnos agotados.
PUEDES SACARLE MAYOR PROVECHO AL TIEMPO, SI DEJAS DE LLENAR LA AGENDA CON COMPROMISOS, Y COMIENZAS A HACER AQUELLO QUE DE VERDAD ES MÁS IMPORTANTE PARA TI, Y TE HACE FELIZ.
Tod@s cedemos a veces. Pero si es la norma, acabas diciéndole que SI al resto, para decirte NO a ti.
SI CEDES MUCHO O SIEMPRE, ACABARÁ AFECTANDO TU ESTADO DE ÁNIMO.
Esto es un aprendizaje que tuve que hacer hace tiempo.
Al principio de empezar a trabajar mi disponibilidad horaria era mayor, y decía a todo o casi todo que si. Total, tenía tiempo, y podía invertirlo.
¿Qué sucedió? que poco a poco iba llenándose la agenda, los cursos para seguir formándome me ocupaban todo el fin de semana, y lo que antes era tiempo de sobra, ahora me empezaba a faltar.
Tuve entonces que aprender a decir que NO, para decirme SI.
Si llenaba demasiado la agenda, estaba dejando de lado mis entrenamientos, ocio, y otras actividades que me gustan y hacen feliz.
Si es verdad que mi trabajo me apasiona, pero tampoco puede uno verse absorbido por ello.
Si me apuntaba a cada curso que me gustaba, sucedía lo mismo, me veía desbordada entre trabajo y estudios, y no tenía tiempo ni para ver a mis amigos.
Por ello, me senté un día y establecí mis prioridades: descanso, familia, naturaleza, momentos de autocuidado (entreno, pasear, estirar, leer, ver una serie, escribir…), entrenos, trabajo, formación continua (me encanta aprender, ya sea idiomas o referente a nutrición u otras áreas), amigos…
(No necesariamente en ese orden. De hecho, el orden suele ser variable de unas semanas a otras).
Aprendí a escucharme. A escuchar mis necesidades. ¿Qué me apetece y necesito esta semana?
Aprendí a decir que no asertivamente, por y para mi. Para decirme si.
Aprendí en ese decir NO, a dejar espacios.
Seguro que más de una vez has querido/deseado realizar ejercicio, o comer mejor, pero has dicho que no tienes tiempo
Plantéate entonces cómo de importante es para ti la alimentación y el ejercicio
Si tu respuesta ha sido que bastante importante, o mucho, entonces analiza en qué estás invirtiendo tu tiempo, que no te permite llevarlo a cabo.
Quita aquello que sea menos importante y/o prioritario para ti.
Realiza cambios que te permitan liberarte.
Quizás estás diciendo que SI a cosas que realmente NO son tan importantes para ti.
Te animo a hacerlo. Se honesto/a contigo mismo/a. Prioriza lo que de verdad es más importante para TI.
Y verás como empiezas a sacar mayor provecho a TU tiempo.
Habrá quien lo comprenda más, y quien lo comprenda menos. Hay personas que puede costarles más entender, que prefieras a veces hacer otras actividades a las que ellos proponen, o a estar de fiesta o en el bar; ya que sus prioridades pueden ser diferentes a las tuyas.
No te desanimes. A fin de cuentas tu decides en qué quieres invertir tu tiempo. Si se lo explicas, te quieren y les importas de verdad, llegarán a comprenderlo.
Espero que os haya gustado el post de hoy. Y no os olvidéis de compartirlo. Seguro entre todos/as podemos ayudar a más personas.
GRACIAS!
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